RELATOS DE LA CREACIÓN

Con la creación de la tierra y todo cuanto la rodea, Dios manifestó su inmenso amor para con el hombre, en quién en sus manos colocó toda su obra creadora para que la dominara e hiciera buen uso de ella, siendo este el primer gran regalo que Dios le otorgo al hombre, un lugar para vivir dotado en su esencia con la majestuosidad  de la elegancia y el confort con lo que el hombre de hoy denomina sus estilos de vida.

Dios con la creación es único, real, inigualable, la plena conciencia del ser superior que domina todo cuanto creó demostrándolo a cada segundo que pasa en el universo, creación en donde ocupamos un mínimo espacio queriendo llenar el resto con nuestras actitudes de grandeza y de soberbia.

La creación ha sido y será la obra por excelencia que Dios ha colocado en manos del hombre en la que todos formamos parte activa y directa siendo sus usuarios, creación de la que abusamos sin medir las consecuencias para luego echarle la culpa a Dios.

Al adentrarnos en el misterio de la Creación las Sagradas Escrituras en el Libro del Génesis, nos muestra dos relatos de cómo Dios se manifestó realizando la obra que por naturaleza es digna de admiración y gloria, la cual le entrego al hombre como muestra de su amor para que la dominara.

Los dos relatos están estrechamente relacionados entre si colocando a Dios como el autor principal de la obra, en cada uno se manifiesta de forma categórica su grandeza sin dejar espacio a la duda, todo fue hecho con estricto orden colocando cada cosa en su lugar como se arma un rompecabezas, pero no un rompecabezas cualquiera se trata nada mas y nada menos del lugar que Dios destino para que el hombre lo tuviera todo, sin faltarle nada, un lugar hecho a su conciencia y a la medida de las necesidades del hombre, del cual Dios saco un pedazo de para hacerlo a su imagen y semejanza otorgándole un alma y un espíritu, dotado de inteligencia con poder sobre todas las criaturas que lo acompañan.

Primera parte
En el primer relato en Génesis 1, 1 a 2, 4a, se hace una narración de cómo  Dios formo el cielo y la tierra  sin tener ninguna forma  únicamente dominada por su Espíritu que se movía sobre el agua, el liquido vital para la vida, termino seguido las Escrituras relatan  día por día de cómo Dios va formando cada cosa dándole el valor para lo que es creada, puesta al servicio para quien va hacer su mas grande obra, el hombre con el cual termino la creación.

La creación en este relato se hace en el marco de una semana, con sus seis días de trabajo y el séptimo día de descanso; en estos seis días hay repartidas ocho obras, las cuatro primeras consisten en separar y delimitar zonas o regiones, las que conforman el mundo visible, las cuatro restantes están destinadas a poblar esas regiones con seres dotados de movimiento.

El primer día la Luz separada de las tinieblas, día y noche; para el segundo día cielo, mares dejando tierra seca; para el tercer día la vegetación; el cuarto día el sol, la luna y las estrellas; para el quinto día, pájaros, peces y animales terrestres; en el sexto día crea al hombre poniéndole punto final a su obra creadora, dejando el séptimo día para el descanso. Cabe resaltar en este relato que Dios fue creando todo mediante su Palabra, Palabra que existía desde el principio, la misma que mas adelante se encarno por obra y gracia suya.

Estudiando profundamente cada elemento de la creación entre seres vivos y no vivos, a cada uno le dio su función establecida, la Luz es la que ilumina al mundo, separando la oscuridad, es la luz que se necesita para alejarse del pecado. A varios seres les dio la capacidad de la fecundidad para reproducirse y completen la obra de la creación, manteniéndola siempre activa.
Otro de los aspectos para resaltar es que varias de las cosas creadas por Dios fueron tomadas como dioses, especialmente dentro de los pueblos antiguos haciéndolas ver como seres que rigen el destino de las personas, cosa que para la actualidad aun existen y hay quienes pretender hacer ver que las vidas de las personas son regidas por los astros siendo objeto de adoración y culto.

El relato hace énfasis en que los monstruos del mar también fueron creados por Dios indicando que también están bajo su dominio, a diferencia del relato de la creación en los mitos babilónicos, en la que la creación estuvo precedida por varios dioses y por la victoria del dios Marduc sobre el monstruo marino, teniendo una diferencia muy marcada con el Génesis en donde se habla de un solo Dios y que todo fue creado por Él sin dejar espacio para adorar a otro ser o fenómenos de la Naturaleza.

Dentro del relato al referirse al hombre se manifiesta que Dios lo hizo a imagen y semejanza suya, hombre y mujer dándoles su bendición,  para que con esto puedan estar en un contacto directo con Él siendo su representante en la tierra para ejercer el gobierno.

Al terminar con la creación Dios se sintió satisfecho de su obra manifestando mediante su Palabra que todo estaba muy bien, dejando el séptimo día para el descanso y el número siete que las Sagradas Escrituras lo presentan como lo completo y perfecto.

Segunda parte
El segundo relato de la creación narrado en el Génesis 2, 4b – 25, es el de orden Yahvista comienza que cuando Dios hizo el cielo y la tierra no existía quien la poblará pero brotaba agua y luego crea al hombre de la tierra misma,  sopla en sus narices para darle el soplo de vida, así el hombre deviene un ser vivo;  el hombre no ha sido creado por la palabra de Dios según este relato, sino que fue modelado con barro del suelo. La creación del hombre y de la mujer es el inicio de la creación, la creación del hombre es una participación del ser de Dios.

En este relato Dios presenta al hombre en dos estados diferentes, primero un estado de inocencia, de alegría y de paz; segundo un estado de pecado y promesa de salvación.

Dentro del paraíso en donde Dios coloco al hombre se describe como un sitio que lo posee todo y casi todo al servicio del hombre, menos del fruto el árbol de la vida, del conocimiento del bien y del mal, so pena de recibir castigo con la muerte si desobedecía.
En aquel sitio nacía un gran río que regaba el jardín que mas adelante se dividía en cuatro, el primero el Pison que da la vuelta por toda la región Habila, en la que existía oro; el segundo río se llamaba Guihón el que da la vuelta por toda la región Cus; el tercero el río Tigris, el que pasa por al oriente de Asiría  y el cuarto el río Eufrates.

Dios en su infinita misericordia de ninguna manera quiso dejar al hombre solo tomando la decisión de darle una compañera, la mujer, quien saco de su propia carne y huesos, presentándola como su compañera y desde allí proviene que el hombre y la mujer dejaran a su padre y su madre para forma un solo cuerpo, una sola persona formando el hogar bajo la bendición de Dios, hogar que se ha mantenido a trabes de la historia de la humanidad siendo la base de la sociedad, que hasta Dios cuando se hizo hombre quiso tener una familia.

La desnudez de la que se habla en el relato es la expresión de vida sencilla, sin sentimiento de culpa y en perfecta armonía consigo mismo y con el prójimo, estado que después paso a ser motivo de vergüenza a consecuencia del pecado.

Tercer paso
En los dos relatos se pone de manifiesto que existía agua, la fuente de vida y la consecuencia también de muchas guerras porque de allí brotaban grandes males para la humanidad, el agua es la parte transcendental en la vida del hombre, lo mismo que la luz que separa la obscuridad, en este caso Dios es la luz que aleja al hombre del pecado.

En ambos se refiere al acto creador por el cual Dios produce toda la totalidad de cuanto existe; la creación es el producto de trabajo de Dios, el resultado de la perfección misma de Dios, que todo lo hace ordenadamente sin dejar escapar el mas mínimo de detalle de su obra, es el acto perfecto de toda perfección.

En los dos relatos sobresalen varios aspectos que vale la pena resaltar.

·         Dios es el único creador del universo, lo creo libremente y  sin ayuda ninguna.

·         El Creador no sufre ningún cambio o modificación por el hecho mismo de crear.

·         Todo lo creado es real y completamente distinto al Creador, es el resultado de la imaginación verdadera de Dios.

·         Todo es dominado por el Creador y coloca al hombre como el ser capaz de dominar lo creado dotándolo de poder de racionamiento para actuar y hacer las cosas.

·         Lo creado es totalmente creado, el Creador no parte de una materia preexistente, todo lo crea de la nada.

·         El Espíritu de Dios existía y se movía formando la creación.

·         Aunque la creación se le atribuya únicamente al Padre es una verdad de fe en donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el principio único e indivisible de la creación (Cat. de la Igl Cat n 316).

·         Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su gloria. La gloria para la que Dios creó sus criaturas consiste en que tengan parte en su verdad, su bondad y su belleza, las mismas tres actitudes que el papa Francisco manifestó a los fieles  que se deben tener en cuenta al momento de hablar de la iglesia.

·         Dios, que  ha creado el universo, lo mantiene en la existencia por su Verbo, el Hijo que lo sostiene todo con su Palabra poderosa y por el Espíritu creador que da la vida.


·         El Génesis en estos dos relatos hace énfasis en dos maneras de ver la Creación, pero que  en el fondo es la unión de la creación, es una muestra de dar a conocer de cómo Dios formo todo lo creado, teniendo en cuenta que la Creación es una sola, única, real e irrepetible realizada por nuestro Padre quién nos hizo a imagen y semejanza suya dándonos la confianza para que cuidemos su obra, de la cual el hombre ha querido tomar parte creyéndose el dueño de todo lo creado, olvidándose del amor de Dios.

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