EL BAUTISMO
Dentro
de los sacramentos que consagra la iglesia católica este es el que abre las
puertas para entrar al reino de Dios y comenzar a formar parte del selecto
grupo de invitados al banquete principal, con el bautismo el hombre hace su
transición a la vida consagrada al ser presentado por los padres quienes
cumplen la misión de entregar a los hijos a la protección de Dios, esto no debe
quedar centrado en este punto, es un compromiso mas no una obligación de
educarlos bajo los parámetros de la fe, no una fe por conveniencia sino una fe
basada en el amor de Dios.
Jesucristo para iniciar su
vida pública fue bautizado como una muestra de humildad y de ejemplo continúo
para todas las generaciones como el sacramento
de iniciación para la vida cristiana,
con el bautismo se borra la mancha de pecado de los primeros padres.
Jesús fue dejando a lo largo
de su vida instaurado cada uno de los sacramentos, los cuales se deben cumplir
dentro de la celebración de la sagrada eucaristía en la que se conmemora su
pasión, como Jesús Sumo y Eterno Sacerdote quien continúa en la iglesia la obra
de la Redención.
La iglesia es la encargada
dentro de su misión de formar procesos acordes a las exigencias de la vida
cristiana, dando a conocer de fondo la importancia de este sacramento,
realizando catequesis para padres y padrinos centradas que las tomen no como
algo cansón convirtiéndose en una obligación, es presentarla como el anuncio
kerigmatico de iniciación cristiana.
El bautismo es el fundamento
de la vida cristiana, como lo reza el numeral 1213 del Catecismo de la Iglesia
Católica, siendo el nuevo nacimiento por el agua y la palabra.
Con el bautismo se realiza el
baño de iluminación, para dar a entender que es la luz verdadera que ilumina a
todo hombre, para convertirse en hijo de la luz y en luz para sí mismo, es el
don más maravilloso de Dios al que se le llama don, gracia, unción, iluminación,
vestidura, baño de regeneración, sello y todo lo demás directo que hay para
representar la gloria de Dios, es don porque es conferido a los que no aportan
nada; gracia porque es dada incluso a culpables; bautismo porque el pecado es
sepultado en el agua; unción porque es sagrado y real; iluminado porque es luz
resplandeciente; vestidura porque cubre nuestra vergüenza; baño porque lava;
sello porque nos aguarda siendo el signo de la soberanía de Dios, tomado del
Catecismo de la Iglesia Católica numeral 1216.
Con el bautismo se inicia el
camino de la salvación, con el agua que se bendice en la liturgia de la Noche de Pascual, como la principal fuente
de vida, donde el espíritu se movía sobre ella desde los orígenes del mundo. La Iglesia pide a Dios que, por medio de su Hijo, el
poder del Espíritu Santo descienda sobre esta agua, a fin de que los que sean
bautizados con ella nazcan del agua y del Espíritu (Jn. 3,5)
El bautismo es para todo ser
humano y es la indeleble en el corazón que no se borra, es la huella del amor
de Dios dentro de la naturaleza del hombre que trasciende en la eternidad.
Existen se puede llevar a cabo
de dos formas, por infusión cuando se derrama agua en la cabeza o por inmersión
cuando se sumerge al bautizado dentro del agua y se debe pronunciar las
palabras que dan validez, “Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, quedando presente las partes esenciales que son el ministro Yo,
el sujeto te, bautizo la acción que se realiza, quedando conformado para la
eternidad el sello de la Santísima Trinidad.
Cada uno de los signos posee
un significado determinado dentro del sacramento bautismal.
La celebración se inicia con
la señal de la cruz que
nos indica la marca de Cristo sobre el que le va a pertenecer y significa la
gracia adquirida por la Cruz de Cristo.
El anuncio de la Palabra de Dios, es decir, las
lecturas, que da luces sobre la verdad revelada a los candidatos y a la
asamblea; y suscita en todos la respuesta de la fe, en efecto, el bautismo es
el Sacramento de la fe por ser la entrada sacramental en la vida de la fe.
Por
el bautismo somos liberados del pecado y del que nos tienta, el Diablo se
pronuncian uno o varios exorcismos sobre el bautizado., quien es ungido con el
óleo de los catecúmenos, o bien el celebrante le impone las manos, y el
bautizado renuncia explícitamente a Satanás. Así preparado, puede confesar la
fe de la Iglesia, a la cual será confiado" por el bautismo. (Rm. 6,17 ).
El
agua es el símbolo central del bautismo, es el origen de la vida de todo ser
viviente, allí Dios manifiesta todo su amor como elemento que quita la sed
natural y en donde el mismo Jesucristo se manifiesta como el agua de la vida
eterna manifestando que quien beba de esa agua jamás volverá a tener sed, es
allí donde el ser humano debe comprender la grandeza de Dios regalándolos el
liquido que limpia nuestro cuerpo de las cosas del mundo como también limpia
del pecado liberando al espíritu de las ataduras que van dejando la suciedad
dentro del alma, el agua es la purificación de la vida al ser bendecida para
convertirse en el manantial eterno de juventud en la plenitud del amor de Dios,
en el agua se muestra la fragilidad del hombre pecador que desea acumular
riquezas del mundo pero que a la hora menos pensada se le van como el agua de
las manos.
Con
el agua es nuevo nacimiento a Cristo desde el momento del Bautismo renovándonos
de los errores del pasado, invitando a vivir como personas nuevas y la
pertenencia al pueblo de Dios.
La
unción con el santo crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo,
significa el don del Espíritu Santo al nuevo bautizado, quien ha llegado a ser
un cristiano ungido por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido
Sacerdote, profeta y rey.
La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha revestido
de Cristo (Ga. 3,27); que ha resucitado con Cristo a la vida de la gracia,
imponer la vestidura blanca no es algo exterior, es algo que transforma la
persona en lo interior comenzando por su
corazón, hasta convertirse en otra persona, resplandeciendo el cuerpo con la
luz que irradia la presencia de Jesús en la vida.
El cirio que se enciende en el cirio pascual, significa que Cristo ha iluminado al neófito. En Cristo, los bautizados son: la luz del mundo (Mt.5,14) (Flp. 2,15). Es demostrar con esto que el niño es portador de esa nueva luz que llena de alegría los corazones alejados del amor de Dios, es una luz la cual no se debe dejar apagar y que debe estar unida siempre a Cristo manteniendo la unión familiar.
El nuevo bautizado es ahora hijo de Dios, por lo tanto, ya puede decir la oración de los hijos de Dios: el Padrenuestro. Sólo los bautizados podemos llamar Padre a Dios.
La bendición solemne cierra la celebración del
bautismo. En el bautismo de los niños recién nacidos, la bendición de la madre
ocupa un lugar especial.
Con el sacramento del bautismo
se hace la entrega a Dios como hijo predilecto, es una frase que todo el mundo
manifiesta y se alegra de manifestarlo, pero no se le da el verdadero sentido y
peor aun el verdadero cumplimiento de actuar como hijos de Dios, aceptando con
amor, paciencia y humildad la voluntad de nuestro Padre, cumpliendo la misión
de predicar el evangelio a toda creatura de distingo de pueblo o raza.
Nos creemos hijos de Dios, lo
predicamos que lo somos desde el momento mismo del bautismo, es una realidad
que Dios no la niega, es nosotros mismos con nuestra actitud de
soberbia quienes negamos esas afirmaciones, es darle la plenitud del bautismo
en nuestra vida con el testimonio, el compromiso que hicieron padres y padrinos
en el momento del bautismo, es por eso que tanto como padres y padrinos están
en la obligación de hacer una preparación acorde a las exigencia del sacramento
del bautismo.
Es aprender a conocer el
verdadero significado que tiene ser bautizado en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo, conociendo el sentido de cada palabra, de cada uno de los
símbolos y pasos que se dan dentro del bautismo y no pensar tanto en la fiesta
del momento y que se bautiza por tradición apostólica tal y como lo hicieron
nuestros padres, mas no como un compromiso directo con el Señor.
Desde los tiempos más antiguos,
el Bautismo es dado a los niños porque es una gracia y un don de Dios que no
supone meritos humanos; los niños son bautizados en la fe de la Iglesia, la
entrada en la vida cristiana da acceso a la verdadera libertad.
Para los niños muertos sin bautismo
la liturgia de la iglesia invita a tener plena confianza en la misericordia
divina y orar por su salvación.
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