CARACTERISTICAS Y FUNCIONES EN LA IGLESIA DE OBISPOS, PRESBITEROS, DIACONOS Y LAICOS
Dios desde el mismo momento de la creación
del universo, creo un estricto orden para todas las cosas colocando al hombre
como el dominador de todo, para ello le dio potestad de dominar el mundo
colocando ciertas reglas las cuales debía cumplir para lograr la perfección,
reglas que no fueron acatadas permitiendo que el mal llegara hasta el corazón
del hombre hasta el punto del olvidarse de Dios.
Para tales efectos Dios fue jerarquizando al
hombre para hacerlo mediador y portador de su mensaje al pueblo elegido, fue
Dios quien busco al hombre y no el hombre que busco a Dios, este ultimo siempre
esta en la búsqueda de las cosas creadas mas no en el creador, bajo estas
circunstancias el primer hombre elegido para guiar a su pueblo fue Abraham, un
hombre bueno cumplidor de las normas y leyes de la época en quien descargo la
responsabilidad llevar a su pueblo a la tierra prometida iniciando de esta
manera el proceso de salvación dentro del cual todos estamos llamados a entrar.
Desde Abraham
se abre la puerta de descendencia de la Iglesia, siempre hay un hombre
con el poder divino de estar al frente para conducir las riendas de un pueblo,
tradición que se ha venido pasando de generación en generación hasta nuestros
días. Dentro del Antiguo Testamento se sintetiza toda la obra creadora y la
forma de cómo Dios fue escogiendo a los herederos para conducir los destinos de
su pueblo, muy a pesar de la desobediencia de los elegidos, aspecto que aun
trasciende en la época actual.
Con la venida de Jesucristo al mundo y la
forma de darse a conocer el hombre fue herramienta fundamental de su obra, con
el llamado de los apóstoles y la manera que los instruyo se fue formando el
hilo conductor de la Iglesia, donde cada apóstol es cumplidor de su misión
formando con esto un orden real y concreto de la estructura genera de la
Iglesia la cual se ha mantenido hasta nuestros días, los apóstoles eran
seguidores de Jesús y la vez también fueron formando sus grupos de quienes los
seguían desde el mismo momento que fueron revestidos por la fuerza del Espíritu
Santo, fuerza que ha mantenido viva la fe y la unión de la Iglesia la que fue
construida sobre Piedra en poder de Pedro.
Viviendo todo este proceso la Iglesia fue
implementando entre los escogidos por Dios para continuar el proceso de
crecimiento un orden jerárquico donde cada uno cumple un rol especial siendo
dependiente el uno del otro formando de esta manera la pirámide de crecimiento
espiritual. La Santísima Trinidad como cabeza principal Padre, Hijo y Espíritu
Santo la fuente principal del Bautismo para entrar a formar parte como hijos de
Dios, quien este en cabeza de la Iglesia ha tenido que ser ungido por la
bendición de la Santísima Trinidad como el comienzo de su ministerio.
El orden jerárquico lo encabeza el Papa,
quien fue nombrado por el mismo Jesucristo como su sucesor, el orden lo
continua los cardenales, los Arzobispos, los Obispos, los Sacerdotes, Diáconos
y Laicos, cada uno cumpliendo una misión especial dentro del magisterio.
Cada uno dentro de sus conocimientos está con
la capacidad de difundir el mensaje del amor predicando la Palabra de Dios,
cumpliendo de esta manera el mandato de llevar el mensaje por todo el mundo, es
un compromiso hecho con Dios y para Dios contribuyendo al crecimiento de la
Iglesia
El Papa, Cabeza de la Iglesia
El Papa es la cabeza suprema de la Iglesia El tiene la primacía de jurisdicción así como el honor sobre toda la Iglesia. Los títulos del Papa son: Sucesor del Apóstol Pedro, Sumo Pontífice de la Iglesia Universal, Patriarca de Occidente, Primado de Italia, Arzobispo y Metropolitano de la Provincia de Roma, Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
El Papa imparte sus enseñanzas, como garantía de la fe común, mediante encíclicas, cartas apostólicas, mensajes, discursos, etc., y en algunas ocasiones bajo forma de definiciones doctrinales infalibles. Tiene en la Iglesia Católica la plenitud del poder legislativo, judicial y administrativo.
Los Obispos
En unión y subordinados al Papa, son los Sucesores de los Apóstoles para el
cuidado de la Iglesia y para
continuar con la misión del Señor Jesús en el mundo. Ellos sirven al pueblo de
su propia diócesis, o iglesias particulares, con autoridad ordinaria y
jurisdicción. Ellos también comparten con el Papa, y entre ellos, la común
preocupación y esfuerzo por la buena marcha de toda la Iglesia.
Presbíteros
Los encargados de manejar las comunidades
eclesiásticas dentro de un ambiente de armonía, amor y cordialidad, la orden
sacerdotal la instituyo Jesucristo el jueves Santo al momento de dejar su
cuerpo y su sangre como alimento espiritual, son los llamados a llevar la
Palabra de Dios en sus predicaciones diarias a la comunidad en cada una de sus
parroquias, teniendo un contacto directo con las ovejas.
Dios, que es el solo Santo y Santificador, quiso tener
a los hombres como socios y colaboradores suyos, a fin de que le sirvan
humildemente en la obra de la santificación. Por esto congrega Dios a los
presbíteros, por ministerio de los obispos, para que, participando de una forma
especial del Sacerdocio de Cristo, en la celebración de las cosas sagradas,
obren como ministros de Quien por medio de su Espíritu efectúa continuamente
por nosotros su oficio sacerdotal en la liturgia.
En la estructuración de la comunidad cristiana, los
presbíteros no favorecen a ninguna ideología ni partido humano, sino que, como
mensajeros del Evangelio y pastores de la Iglesia, empeñan toda su labor en
conseguir el incremento espiritual del Cuerpo de Cristo.
Diáconos
El diácono es maestro, en cuanto proclama e ilustra la
Palabra de Dios; es santificador, en cuanto administra el sacramento del
Bautismo, de la Eucaristía y los sacramentales, participa en la celebración de
la Santa Misa en calidad de ministro de la sangre, conserva y distribuye la
Eucaristía; es guía, en cuanto animador de la comunidad o de diversos sectores
de la vida eclesial. De este modo, el diácono asiste y sirve a los obispos y a
los presbíteros, quienes presiden los actos litúrgicos, vigilan la doctrina y
guían al Pueblo de Dios. El ministerio de los diáconos, en el servicio a la
comunidad de los fieles, debe colaborar en la construcción de la unidad de los
cristianos sin prejuicios y sin iniciativas inoportunas, cultivando aquellas cualidades
humanas que hacen a una persona aceptable a los demás creíble, vigilante sobre
su propio lenguaje y sobre sus propias capacidades de diálogo, para adquirir
una actitud auténticamente ecuménica. El ministerio del diaconado viene
sintetizado por el Concilio Vaticano II con la tríada: ministerio (diaconía) de
la liturgia, de la palabra y de la caridad
Laicos.
Con la apertura de la Nueva Evangelización los laicos
ganaron un importante espacio dentro del ministerio de la Iglesia, son muchos
los que a través de la historia que sin ejercer los otros ministerios han
tenido una vida de santidad, dando ejemplo de vida en el seguimiento de Jesús,
todos estamos llamados a pertenecer a este ministerio como piedras vivas
ayudando al crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia
Es compromiso aprender a conocer la Palabra de Dios
con humildad de corazón, llevando una vida que sea ejemplo para la comunidad,
no creerse con cualidades extraordinarias es vivir en la plenitud de la fe cada
momento centrado en el amor a Cristo consiente de la responsabilidad adquirida,
aprendiendo que estamos es al servicio de Dios para los hombres, siendo
llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la iglesia del
mundo.
Jesucristo instituyo en los doce la jerarquía sagrada
de la iglesia como camino principal y fuente de vida para llevar una vida de
consagración al servicio de Dios, es un compromiso no únicamente de las
principales cabezas de la iglesia sino de todos los que por el bautismo
entramos a formar parte como hijos de Dios.
Todos somos enviados como testigos personales en la
misión siendo portadores de la responsabilidad otorgada para cumplir y llevar
el mensaje a los lugares mas apartados del mundo terrenal y espiritual.
Misión episcopal
Enseñar, anunciar a todos el evangelio.
Santificar, Administrador de la gracia del sumo
sacerdocio
Regir con sus proyectos, sus ejemplos, sus consejos,
su autoridad y potestad sagrada.
Seguid todos al
obispo como Jesucristo sigue a su Padre, y al presbiterio como a los apóstoles;
en cuanto a los diáconos, respetadlos como a la ley de Dios. Que nadie haga al
margen del obispo nada en lo que atañe a la Iglesia.
San Ignacio de
Antioquía
Los laicos tienen como vocación propia buscar el Reino
de Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios.
Dios quiso que la Iglesia en su estructura este
constituida por un orden jerárquico el cual es utilizado para darle sentido de
unidad, lo importante es que el hombre sea consiente de su responsabilidad.
oli
ResponderEliminarboli
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