FUNDAMENTOS BIBLICOS DE LA TEOLOGIA MORAL II


1. NORMAS MORALES
El Padrenuestro y las Bienaventuranzas dos de los mensajes más bellos que dejo Jesucristo como norma de vida y de aptitud  para la vida Cristiana donde se centra el mandato del amor, de la misericordia y el perdón, mensajes que cada ser humano debe hacer vida dentro de su corazón como norma moral de cristiandad absoluta, pensando únicamente en el amor que Dios dejo implantando en el mundo, en este sentido Jesucristo al ver tanta desidia y desigualdad en el corazón del hombre promulgo este hermoso catálogo de las Bienaventuranzas, como modelo a seguir dejando de lado el poder que tanto atormenta y hace olvidar del dolor ajeno.

Esto es un llamado a la comprensión por los más pobres, pero a los pobres de espíritu, de perdón, de unión, a todos a quienes creen tenerlo todo y poseerlo todo y que no les falta nada, pero hace falta lo más importante la comprensión y el compartir todas las cosas que Dios ha dejado en el mundo, estas normas no son únicamente materiales con las que se cree que dando algo ya se ha cumplido con el deber de compartir y se olvida de lo más importante el compartir espiritual, en lo que hace referencia Jesús en su discurso mencionando claramente cómo se logra la felicidad, que no está en el tener ni en el poseer, si no más allá del mundo material, como mensaje para que el hombre se despoje de todas aquellas cosas que lo alejan del amor de Dios.

Las Bienaventuranzas hacen referencia a lo que posibilita la presencia del Reino de Dios, lo que verdaderamente hace feliz, en las cuatro primeras se constatan situaciones por las que el Reino de Dios irrumpe, mientras que las restantes se proponen actitudes que los discípulos deben potenciar para poner de manifiesto de irrupción del Reino.

Como cristianos se debe identificar cuales Bienaventuranzas se necesitan promover en la vida y pedir al Espíritu Santo que de la fortaleza, como caminos de salvación que conducen al Reino.

El Padre nuestro es más que un reconocimiento al poder de Dos e un llamado al perdón a reconocer a Dios como nuestro Padre Salvador, dador de la vida, que lo perdona toda y está dispuesto a darnos lo mejor siempre y cuando se esté en la gracia de obtenerlo
.
Dios no niega nada, por el contrario es el hombre quien niega el amor, el perdón, el compartir, y todas aquellas cosas que van acercado a la hermandad como herederos de un mismo Reino.


2. EL AMOR
Palabra que todos utilizamos a diario en nuestras vidas y sentimos que en la mayoría de las veces no comprendemos ni entendemos su significado,  por si solos no estamos en condiciones de descifrar el enigma del amor, solo lo comprenderemos si estamos unidos a Dios, ahí es donde está la respuesta real y verdadera de la grandeza del amor, porque Dios es amor.

El amor para Dios es tan importante que en los mandamientos de la ley ocupa el primer lugar, “Amar a Dios sobre todas las cosas” será que somos capaces de cumplir este precepto en un mundo lleno de cosas materiales en donde le bridamos y le damos todo el amor a cosas que creemos que son  lo principal, olvidándonos de lo esencial que es el amor de Dios.

Si miramos cronológicamente lo que Dios ha hecho por cada uno de nosotros, no alcanzaría el tiempo ni la vida para comprender y explicar todas las maravillas del amor por parte de nuestro creador.

Dios amo tanto al mundo que le envió a su único hijo, no para condenar al mundo si no para salvarlo, pero no fue suficiente con enviarlo, si no que sufrió, padeció y murió por nuestros pecados  ratificándolo con su resurrección.

Jesucristo en una obra más de su inmenso amor nos dejó su cuerpo y su sangre instaurada en la Sagrada Eucaristía como el alimento de nuestra alma para que tengamos vida eterna.

Dios a través de su hijo, Jesús, dejo en cada uno de sus mensajes impregnado el mensaje del amor, con la promesa que después de su partida no nos dejaría solos, que nos enviaría un paráclito, una fuerza extra que nos acompañaría para siempre  y nos envió al Espíritu Santo como una muestra más de su inmenso amor, que sería nuestro guía en nuestro peregrinar por la tierra, acompañado por la bondad, la misericordia y el amor de la Santísima Virgen María, como nuestra madre salvadora.

Si nos centramos en cada uno de estos aspectos y nos preguntamos, ¿Qué tanto estoy dispuesto a hacer por el amor de Dios, o que tanto amo a Dios?, respuestas que debemos darnos a nosotros mismos, haciendo un auto examen de conciencia y sacando nuestra propia conclusión, si el amor de Dios es tan grande y maravilloso que nos ha dado tantos cosas, yo que estoy haciendo para retribuir ese amor.

Si hablamos del amor de pareja, decimos que tiene que haber química para que funcione un amor mutuo para casarnos y formar nuestro hogar alcanzando la tan anhelada felicidad, pero para lograr esto necesitamos que esta química también funcione con el amor de Dios.

En este tiempo con frecuencia oímos decir, especialmente en los jóvenes que el amor no existe, que el amor no es para mí, como quieren que exista si se enamoran de la persona equivocada, hacen todo lo contrario para que no sea para ellos, las jovencitas les encanta enamorarse de hombres con plata para tener todo lo que el mundo entre comillas a su edad les exige, por un rato las disfrutan y hasta luego porque ya han conseguido lo que quieren, también se enamoran de hombres comprometidos aduciendo que son hombres con experiencia que saben lo que quieren, olvidándose que es una relación clandestina que va directa al fracaso, que  tarde o temprano todo se descubre, cumpliéndose el axioma que entre cielo y tierra no hay nada oculto, entonces es cuando dicen Dios no me quiere, el amor es de lo peor, no me vuelvo a enamorar, terminado en la mayoría de los casos con un hijo que en sus planes no estaba en tener  a tan corta edad.

Si se suma que los jóvenes de nuestra época, en los primeros encuentros van dando todo, se entregan con pasión, mas no con amor, terminado decepcionados porque no guardaron nada, lo dieron todo con el agravante que lo hicieron con la persona equivocada, dejando como huella un gran vacío en su corazón por no saber entender que el camino del amor hay que saberlo recorrer.

Debemos comprender que si primero nos enamoramos de Dios, en su eterna misericordia lo primero que hace es no dejarnos sufrir por amor, y nos coloca en nuestro camino la persona perfecta para enamorarnos y así con su ayuda lograr la felicidad llena de amor, demostrándonos que el amor es sencillo, que si es para todos, hay es que saberlo elegir.

Hay quienes dicen o decimos que si un amor se va otro llega y así no la pasamos probando amores y a ninguno nos acomodamos y nos olvidamos que hay un amor que nunca se va, que lo tenemos siempre ahí, que ni lo vemos en la mayoría de las veces y que está dispuesto a darnos todo, es el AMOR DE DIOS.


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