LA VIDA EN CRISTO
Desde el mismo momento de la Creación el
hombre estaba llamado a vivir en la plenitud de la fe teniendo a Dios como su
único objetivo en la vida, al ser el creador y dador de todo cuanto nos rodea,
pero el diablo en su astucia entro a mediar entre Dios y el hombre para
alejarlos y colocar barreras, barrera que se llama pecado y olvido de Dios,
situación de la cual el demonio saco provecho haciendo que el pueblo elegido se
alejara de Dios sin importar todas las promesas hachas por intermedio de los hombres que llamo para
dirigir al pueblo.
El demonio inculco en el
hombre el deseo de poder, de orgullo, de no necesitar de Dios para vivir, es
más se atrevió a desafiarlo inventándose nuevos dioses que no cuestionaban su conducta y su proceder,
dioses permisivos, ante es situación Dios nunca abandono el hombre siempre
estuvo en su búsqueda, haciendo denotar que siendo fiel Él siempre estaría
atento a toda situación de pecado, se convirtió en una lucha entre el bien y el
mal, la cual ha trascendido a través de la historia de la humanidad, pasando de
generación en generación.
Dios creo al mundo como un
lugar ideal para que el hombre no pasara necesidades otorgándole el poder para
dominarlo, situación muy tentadora a los ojos de un ser lleno de poder después
de ser tentado por el demonio, pero como para Dios todo es perfecto al ver al
hombre hundido en el pecado, envió a su único Hijo para que salvara la hombre
de las garras del maligno.
El hombre la ser creado por
Dios, debe obedecerle sin olivarse, que Dios es la única cabeza visible y que por tanto el hombre es miembro de ese
cuerpo para ser llevado a formar parte del Reino de Dios.
Cristo vino al mundo para
redimir al hombre del pecado, para sanarlo, curarlo, se quiso hacer hombre para
demostrar su humildad, su sencillez, que a pesar de ser Dios y dueño de todo,
no toma parte de esta situación si no que por el contrario se abaja hasta lo
más pequeño sin perder su grandeza y su
poder, lo hace para demostrar que se debe vivir con amor y armonía teniendo un
corazón libre de odios y rencores.
Todo hombre está llamado a
vivir como Cristiano teniendo a Jesús como el guía espiritual, seguirlo a todo
momento, sin olvidar de donde se proviene, de que naturaleza se fue creado,
teniendo muy en claro la misión y el compromiso para el cual Dios puso al
hombre en este mundo.
Jesucristo en su paso por la
tierra siempre agrado al Padre en todo viviendo en perfecta comunión, es el
ejemplo más claro que el hombre debe seguir, cumplir siempre la voluntad de su
creador, tal y como lo dejo escrito en las sagradas escrituras, el de “ser
perfectos como el Padre que está en los cielos” (Mt 5, 48).
La vida del cristiano se
centra en los Sacramentos los cuales son una vivencia plena de Jesucristo vivo,
muerto y resucitado, comenzando por el bautismo que abre las puertas para
entrar al Reino de Dios, recibiendo la fuerza viva del Espíritu Santo, que es
fortalecida por la penitencia y la eucaristía como encuentro directo con el
Señor.
Seguir a Cristo significa
tener una vida de amor, de perdón, de unidad, de integración, de apertura con
el mundo, tal y como lo enseño en cada una de sus palabras y catequesis que
dejo para la historia del hombre, ya está en el corazón de cada quien como toma
esas enseñanzas, teniendo la libertad de actuar
siendo dueño de sus propios actos, teniendo que un futuro responder por
ellos cuando se esté ante la presencia del creador.
Existen dos caminos, el uno de
la vida y el otro de la muerte, pero grande es la diferencia que existe entre
los dos, es la doctrina del Señor para los apóstoles, como se lee en la Didaje,
documento en el cual se enseña la moral de estos caminos. “El camino de la
vida, primero, amar a Dios que te creo,
segundo a tu prójimo como a ti mismo, y todo lo que no quieras que te suceda a
ti, tampoco lo hagas a otro”
En cada catequesis se debe
destacar con claridad el gozo y la exigencia del camino del Cristo, camino a
seguir y por el cual se está llamado a formar comunidad.
Siempre se debe tener en
cuenta como principal al Espíritu Santo como fuente de fortalecimiento de toda
la vida, en este sentido toda la vida de
Cristo es una catequesis por cada momento de su vida, por cada enseñanza, por
cada mensaje, su ejemplo de vida.
En cada catequesis se vive la
presencia de Cristo, una catequesis de la gracia, como muestra que por la
gracia somos salvados, de las bienaventuranzas camino hacia la dicha eterna;
del pecado y del perdón hay que reconocerse pecador para conocer la verdad;
otra catequesis de la virtudes humanas que haga captar el atractivo para obrar
en le bien; la catequesis de las virtudes, fe esperanza y caridad que inspira
en el ejemplo de los santos; una catequesis del doble mandamiento basada en el
decálogo,
El cristiano para su vida debe
tener a Jesucristo como el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6), teniendo
siempre en cuenta que Dios siempre cumple lo que promete y perdona al hombre
cuando se arrepiente de corazón.
En resumen, la vida del
cristiano debe estar basada en el amor de Dios, en el perdón, en la reconciliación,
cumplir los mandamientos, teniendo una vida de eucaristía en la plenitud de los
sacramentos.
Ser buen cristiano no es solo
decir que no se le hace mal a nadie, es manifestarlo con el ejemplo de vida
siguiendo con el compromiso a Dios, cumplir su voluntad, vivir en comunidad un
proceso del todo cristiano debe formar parte.
Seguir a Cristo es común
oírlo, pero hasta qué punto cual es el compromiso para estar comprometido en
todas sus obras, seguirlo no solamente ir a la eucaristía que es fundamental para
la vida, dejar de vivir de apariencias con el corazón comprometido en el amor
inmenso de Dios y por nuestros semejantes perdonando de corazón a cada instante
a quienes nos ofenden.
Aprender a comprender cada
catequesis haciéndola vida en nuestro diario vivir, estas son los frutos que
Dios siembra en nuestro corazones, ya está con nuestra actitud y nuestro modo
de ser como preparamos el terreno para estos frutos.
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