MORAL SEXUAL Y MATRIMONIAL



1. Sexualidad

El mundo de hoy en un alto porcentaje gira en torno al sexo, es tan caótica la situación que el ser humano tiene el al sexo como uno de los principales placeres para la vida, sin importar muchas veces las consecuencias que puedan traer este tipo de situaciones, es tal la situación que termina convirtiéndose en un problema  psicológico causando grandes trastornos en la mentalidad del ser humano.

Para el ser humano de hoy el mundo al igual que el sexo van en una carrera desenfrenada por un camino de locura, hasta el punto de adelantar el proceso sexual en el ser humano, comenzando por practicarlo a una temprana edad, por el solo hecho de ir tomando la mal llamada experiencia sexual, que parece ser lo que más importa en nuestra juventud y aun mismo en las personas adultas que ven en los jóvenes potenciales fuentes de placer con los llamados planes de conquista que van enfocados a tratar de tener sexo con seres humanos de edad mucho mas inferior.

El ser humanos es un ser sexual que actúa la mayoría de las veces por instinto, algo que en los animales es muy marcado, pero que el hombre como ser racional y pensante confunde fácilmente con el placer, dejándose llevar por los instintos que desbordan grandes pasiones desenfrenadas de sexo.

Ante toda esta situación, hay que comenzar a entender que el sexo no es malo siendo esta una creación de Dios, solo hay que aprender a darle el verdadero valor como personas cristianas y llevarlo por el camino del equilibrio emocional para no caer en excesos sexuales que atormenten la sensibilidad humana.

Desafortunadamente el sexo ha calado en todas las esferas sociales de la manera más inapropiada, dejando de lado el mensaje que Dios dejo acerca del respeto para con el cuerpo propio y la de los semejantes.

Cuando hablan de castidad, siempre va dirigido al sexo, en cuanto la castidad es el respeto a las cosas de Dios, hacerse casto es respetar los designios del creador y por ende aprender a llevar una vida sexual de acuerdo a su estilo de vida basado en el amor de Dios y el respeto y lo valores infundados por Jesucristo, el esposo es casto, la esposa es casta respetando a su conyugue, el religioso que haga sus votos de castidad es cumplir su promesa.

La masturbación, la pornografía, la homosexualidad y las relaciones extramatrimoniales son un camino que el hombre de hoy ha tomado para sí, convirtiéndose en actos graves desenfrenados que atentan contra la tranquilidad emocional del ser humano.

Hasta la misma iglesia no es ajena a la situación moral del sexo, viéndose involucrada por actores directos de su entorno como seres cercanos, pero este caso todo cristiano al momento de atentar contra la  moral sexual está afectando la situación de la iglesia, tal  y como lo hace un sacerdote a quien la sociedad tanto critica.

El sexo es para disfrutarlo como  el un bello regalo que Dios nos dio, el sexo no es malo sabiéndolo llevar, lo malo es el desenfreno y el descontrol por demostrar que entre más sexo se tenga, mas pergaminos sociales se adquieren.

2. Análisis 

La vida va enseñando de acuerdo a las experiencias  como se deben afrontar cada una de las situaciones vividas,  el conocimiento de la verdad por las cosas es uno y la experiencia como tal es el complemento ideal para lograr el equilibrio emocional que necesita el ser humano.

De acuerdo a las leyes divinas comenzando por el decálogo que son para el ser humano las reglas de vida aceptando la voluntad de Dios, más el compromiso de cada uno a la hora de enfrentar estas realidades dan el pleno conocimiento para diferenciar entre el bien y el mal.

El ser humano con sus actos logra hacer diferencia emocional entre los demás seres humanos y más cuando estos actos van en contra de la moral cristiana, como católicos, creemos que Dios ha creado al hombre por amor y lo ha llamado también al amor, que es la vocación fundamental e innata de todo ser humano. Lo ha creado a su imagen y semejanza. Por lo tanto, al haberlos creado hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador. Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación.

Pues bien, la sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad del cuerpo y de su alma. Concierne particularmente en la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro.

Pues bien, nosotros creemos en la vocación a la castidad, esta es la integración de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa de pertenecia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana, cuando está integrada en la relación persona a persona, en el don mutuo total y temperalmente ilimitado del hombre y de la mujer.


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