JUICIO DE LA CONCIENCIA MORAL
1. ¿Sé debe seguir
siempre el juicio de nuestra conciencia? ¿Por qué?
La conciencia en cada ser
humano es la parte que se encarga de juzgar cada uno de los actos, de allí
nacen los cargos de conciencia que son los encargados de dictaminar que tan
grave fue el error cometido, desde un punto objetivo de acuerdo al conocimiento
de persona de lo que es malo y buena, es esta misma conciencia la que se
encarga de poner de manifiesto la gravedad de los actos.
Partiendo de allí, cada ser
humano comienza a tener juicios de conciencia quien de manera reiterada le está
demostrando que tan grave fue la falta
cometida, el ser humano como ser natural cambiante está sujeto a las realidades
del mundo y por ende a cometer actos que van en contra de su propia voluntad.
La conciencia siempre juzgara
y será la encargada de poner dentro del ser humano los cargos y angustias por
las faltas cometidas, desde este punto el hombre comienza a experimentar los problemas que no dejan
vivir en una completa normalidad, pueda que ante el mundo no tenga ninguna
falta grave, ni nadie lo juzgue por su actuar, es su propia conciencia la que
se convierte en juez comenzando a vivir una guerra interior que no deja vivir
en paz, para poder salir de esta situación se debe hacer un examen de
conciencia que ayude a encontrar en detalle las causas de estos juicios y es a
partir de allí que el ser humano comienza a tener comienza a sentir como estos
cargos de conciencia comienzan a desaparecer porque se le ha dado un verdadero
sentido al juicio y se ha encontrado la forma de perdonase y perdonar a quien
se haya ofendido.
Es importante saber seguir los
juicios de conciencia tomando pleno conocimiento de las responsabilidades por
los actos cometidos, estos juicios ayudan a experimentar nuevos cambios en la
vida del ser humano y con ello llega la tranquilidad.
2. ¿Cuándo está disculpado el sujeto que actúa en conciencia falsa o
errónea?
Los cargos de conciencia
llevan al ser humano a tener que pensar seriamente en su forma de actuar para
que más adelante no queden juicios por no haber actuado de acuerdo a la
voluntad del creador, es a partir de
allí que se comienza a actuar de manera equivocada creando conciencias falsas y
erróneas por la sencilla razón de no tener pleno conocimiento de los actos y no
aprender a diferenciarlos entre buenos y malos.
El sujeto comienza a ser
disculpado desde el mismo momento que toma conciencia, si es errónea o falsa y
actúa de acuerdo a estos parámetros, liberando de su ser toda sombra de duda y
así de esta manera comenzar a ser disculpado,
Acá lo más importante de todo
es que el sujeto tome conciencia de sus propios actos y de no volver a caer en
ellos, cuando se está conciente de los actos cometidos que han generado
malestar y siente la necesidad de pedir perdón de manera directa y responsable.
3. ¿Qué se debe hacer cuando uno se encuentra en situación de
conciencia dudosa?
A este respecto hay que aprender a reconocer
los errores cometidos clarificando todas las dudas que puedan surgir de acuerdo
a un determinado actuar del cual no se tiene pleno conocimiento.
La conciencia dudosa lo puede
llevar a cometer actos que van en contra de la propia voluntad, por poseer un
desconocimiento de las causas, en este sentido el sujeto está llamado a tener
conocimiento pleno de cada uno de sus actos, estudiar y analizarlos de acuerdo
a las realidades de la vida y de la manera como se estan enfrentando, buscando
la verdad de manera sincera.
Hay que poner mayor o menor
diligencia para averiguarla, según lo pida la condición de la persona, la
gravedad de la materia, y las consecuencias que pueden seguirse de la
operación, y otras circunstancias.
Que obrar con conciencia
prácticamente dudosa es pecado de la misma especie y cualidad que lo fuere la
duda, ya sea mortal, ya venial, el que dudando si hoy es día de ayuno, deja de
ayunar, comete el mismo pecado, que si sabiendo ciertamente que era día de
ayuno, no ayunase; y así en otros muchos casos. La razón de esto es; porque
para obrar lícitamente es necesario conocer la bondad del objeto, la que no
conoce el que obra con duda, y por consiguiente pecará obrando con ella; pues
para obrar mal es suficiente conocer, aunque sea en duda, la malicia de su
operación; y cuanto es de su parte desprecia la divina ley, e
interpretativamente hace este acto: quiero hacer esto, sea o no sea contra la
ley de Dios.
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