CARACTERISTICAS DEL AMOR HUMANO

Humanae Vitae # 9. Características del Amor Humano

Bajo esta luz aparecen claramente las notas y las exigencias características del amor conyugal, siendo de suma importancia tener una idea exacta de ellas.

a. Es un amor plenamente Humano: Este amor está rodeado de todas las cosas que el mundo ofrece con sus alegrías y tristezas, el hombre debe prepararse para comprender cada una de estas situaciones y junto a su pareja  alimentarlo diariamente para que se convierta en un amor de compromiso, servicio y entrega.

b. Es un amor total: Es un amor donde la pareja conyugal comparte todo, sin guardarse nada, sin egoísmos, con el convencimiento de que con la entrega total del uno hacia el otro se ayuda mutuamente a fortalecer los lazos de amor y amistad.

c. Es un amor fiel exclusivo hasta la muerte:  Es un compromiso que se hace el día de recibir el lazo del sagrado matrimonio, ser fiel hasta que la muerte los separe sin espacio a adentrarse en otros lugares que desestabilicen este serio compromiso.

d. Es un amor fecundo: Es un amor que está llamado a la procreación del ser humano, no solamente en el hecho de engendrar nuevas creaturas mediante la unión conyugal, este amor va mucho más allá, a que el amor logre una plena fecundidad dentro de la familia respetando los espacios de Padres a hijos basados en la moralidad de la educación.

e. Es un amor responsable: Se debe brindar amor con responsabilidad, don de servicio y entrega, aceptando a Dios como principio y fin de todas las cosas.

2. Resumen sobre el misterio de la Corporeidad Humana

El hombre como ser creado por Dios a imagen y semejanza fue dotado de la capacidad de amar, de entregarse mutuamente a otro ser bajo las condiciones del amor Dios, con la misión de  contribuir mediante el amor conyugal a la procreación humana.

Para tal efecto Dios instauro la Alianza Matrimonial  fundamentada en el Sacramento del Matrimonio que para quienes se acercan a este sagrado sacramento lo hacen bajo su propia voluntad, con verdadera vocación de tolerancia, respeto, con el compromiso de formar una unión para conformar una nueva familia.

En este proceso la familia tiene la misión de evangelizar a cada uno de sus miembros dando fiel testimonio del amor de Dios,  comprendiendo que como seres humanos existe la debilidad del pecado que lo lleva por momentos a alejarse e involucrase en un mundo lejano a la voluntad de Dios.

El hombre a medida que va avanzando en su edad terrenal se va formando de acuerdo a la base familiar que lo va adentrando en la sociedad, sociedad que ha venido cambiando con el paso de los tiempos y esta es la gran lucha que las nuevas familias tiene que enfrentarse en el momento de comenzar con la educación plena de sus hijos, pasando por el previo conocimiento que se tiene, primer como persona y luego cuando se comienza con la bella etapa del enamoramiento, que es donde deben estar los sentimientos bien fundamentados con bases sólidas en el amor y a partir de allí  comenzar a prepararse para el gran paso de conformar y consolidar una nueva familia.

El hombre dentro de sus limitaciones humanos se deja llevar por los instintos de la carne y se adentra en un mundo que por momentos confunde y lo lleva a vivir una sexualidad disipada con la idea del gozo y la libertad para hacerlo libremente, este es quizá una de las más complicadas luchas que tiene el ser humano en su formación personal para lograr comprender de fondo el gran misterio del amor, que el amor no es simplemente sexo libre,  es saber entender en conjunto sexo y amor como una manera digna y responsable de manifestar hacia la pareja el verdadero respeto y la fidelidad de la que se habla en el sagrado sacramento.

El hombre y la familia en conjunto ante  la avalancha de ataques que van en contra del matrimonio  deben unirse a la Iglesia para que no se pierdan las nuevas generaciones en el mundo del desenfreno y la pérdida de valores morales, para que comprendan el verdadero valor de la vida humana como imagen y semejanza de Dios y volver a darle el verdadero sentido del amor, que amar no es creerse dueño del otro y actuar a voluntad propia.