LA NUEVA FAMILIA EN BUSCA DE SU ESPACIO EN LA SOCIEDAD


El hombre en su afán de protagonismo y creerse dueño del mundo dejando de lado la voluntad del creador ha querido darle libertad a una nueva generación familiar que dista mucho de la familia tradicional fundada en el amor y  fundamento de Dios desde el mismo instante de la creación.

La familia ha sido y será centro de atención del mundo, todo ser humano necesita  nacer de una pareja, de una unión conyugal entre un hombre y una mujer como dos seres portadores de vida que entregados en la plenitud del amor conformando un nuevo hogar.

Este tipo de familia cuenta con la bendición sagrada de Dios mediante el sacramento del Matrimonio y conformar una nueva familia portadora del amor y fidelidad con el compromiso de contribuir a la formación de una sociedad  necesitada de valores morales que ayuden al crecimiento espiritual de las nuevas generaciones.

Pero el hombre que todo lo quiere modificar aduciendo igualdad de condiciones para todo el mundo en todos los aspectos ha querido pasar por encima de los sagrados sacramentos  y leyes divina implementando nuevas formas de familia al punto de que si dos personas del mismo sexo quieren formar una unión puedan libremente adoptar hijos sin importar las consecuencias que más adelante pueda traer esta decisión.

En este sentido la nueva familia va en contra de toda voluntad divina violando derechos fundamentales de unión familiar  conformada por un hombre y una mujer, tal y como Dios los creo y los formalizo, no hay procreación posible, no hay una estrecha relación marital de pareja, ni tampoco cuenta con la bendición de Dios.

Por ningún motivo la Iglesia de la cual todos somos parte activa se puede permitir este tipo uniones que desmeritan la familia como vínculo sagrado a ejemplo de la familia de Nazaret donde nació el salvador del mundo, ni tampoco acepar estas nuevas leyes que violan los derechos de los niños de tener un hogar digno conformado por un hombre y una mujer, y no con dos seres del mismo sexo con igualdad de condiciones, donde el adoptado no sabe diferenciar entre Papá y Mamá.

Por más que el hombre quiera adentrarse en este nuevo mundo, con nuevos movimientos sexuales que piden a gritos una supuesta unidad de derechos en torno a unas criaturas que no pueden decidir libremente sobre su querer y estabilidad emocional, trayendo consigo más adelante serios problemas psicológicos que en nada benefician a la sociedad y a la familia tradicional.

Todos estos movimientos van en búsqueda de un protagonismo socio económico y político que al fin y al cabo es lo que el hombre de hoy busca para sus beneficios particulares con el querer de implantar nuevas leyes que deshonran la dignidad humana.

Es por eso que esta nueva familia que busca su espacio en una sociedad cada vez más alejada de los valores morales y del entorno religioso, poco le importa lo que pueda suceder en este aspecto, donde la moral como fundamento teológico basado en el respeto, la entrega y el servicio poco o nada interesan.

A estas personas que buscan su espacio e igualdad de condiciones no se le puede mirar con ojos desprecio, por el contrario, basados en el gran amor de Dios ayudar a contribuir para que  desistan de estas erróneas ideas de querer conformar una nueva familia que  va en contra de la moral cristiana.


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